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jueves, 3 de abril de 2014

EL CAPI ESTÁ MÁS EN FORMA QUE NUNCA

Continuando con nuestra maratón por la Fiesta del Cine, el lunes apostamos por Capitán América: El soldado de invierno. Si al llegar a casa después de ver la peli os entran ganas de coger la tapa de una sartén y lanzarla a ver si rebota por las paredes del pasillo, no os extrañe. Es que es buena. Muy buena.


El Capitán América y compañía en el cartel de la peli.
Con la primera parte de las andanzas del Capi pudimos disfrutar de una buena historia con el regusto de aquellas pelis de aventuras de los ochenta, muy entretenida, con toques a lo Indiana Jones, y con Capitán América: El soldado de invierno han sabido reinventarse y evitar caer en lo repetitivo. Porque, del mismo modo que a Nolan se le ocurrió vestir de thriller policiaco y de acción la trama de su Batman, Anthony y Joe Russo nos presentan una película de espías al más puro estilo clásico, repleta de intriga y giros argumentales, consiguiendo cerrar una estupenda película de superhéroes que alterna con estudiada precisión los momentos de acción con los más tranquilos. Así, Steve Rogers, alias Capitán América, aún en proceso de adaptación a la vida moderna, caótica y compleja, quizá añorando otros tiempos donde las cosas eran más simples (y el mundo también), se verá involucrado en una oscura conspiración que le traerá de vuelta flecos de su pasado; qué decimos flecos: el mantón entero. Y, de propina, tendrán tiempo de plantearnos dilemas morales: ¿es ético sacrificar la libertad individual por la seguridad colectiva? O... ¿sería lícito eliminar un posible acto criminal antes de que se produjera?


La peli nos muestra la mejor sucesión de secuencias de acción que hayamos visto en los últimos tiempos.

La peli comienza fuerte, con el asalto a un barco en forma de escena de acción espléndidamente rodada que nos pone en antecedentes sobre lo que nos encontraremos de ahí en adelante. A saber, posiblemente la sucesión del mejor conjunto de secuencias de acción que hayamos visto en los últimos tiempos, con planos claros y nítidos en los que siempre sabréis lo que ocurre, lejos de esos movimientos nerviosos de cámara propios de muchos directorzuelos sin talento. Una gozada volver a contemplar acción a la vieja usanza combinada al milímetro con el trabajo digital que, en esta ocasión, se usa en su justa medida, evitando un empacho de CGI. Por supuesto que no faltan un par de fantasmadas y alguna que otra acrobacia imposible, pero es un peaje que pagamos con gusto en pelis de este tipo si nos dan un mínimo de calidad


Aunque el combate os parezca un pelín desigual, ¿adivináis quién de los dos saldrá victorioso?

Mención aparte merece el villano, el soldado de invierno: un personaje contundente, demoledor, aunque mejorable por momentos, cuyo origen, y esa es quizá la gran pega de la película, no han sabido definir bien. Sin embargo, la manipulación a la que es sometido, sus dudas, su dualidad, están bien tratados, hasta llegar al clímax final con el Capi, para nosotros uno de las momentos cumbres de la peli.


Los enfrentamientos entre el Capi y el Soldado de invierno nos regalan algunos de los mejores momentos del film..

Y luego están Robert Redford, Samuel L. Jackson y Scarlett Johanson, por citar sólo a las vacas sagradas de un más que competente reparto, que escoltan a un digno Chris Evans, para nosotros un perfecto Capitán América. Todo un lujo.

Impagable, además, el nuevo cameo de Stan Lee.Y, como ya es costumbre en otras pelis de Marvel, no os vayáis con el The End: esperad a que se encienda la luz, como todo buen hijo de vecino, y disfrutaréis de dos escenas post-créditos por el mismo precio.


¿Chupa Chups o Camilo José Cela en lugar de la llegada a la Luna o la caída del muro de Berlín? Menos mal que a mitad de listado se cansaron y dejaron de traducir...

Como curiosidad, comentar que la gran cagada de la sesión no viene de la mano de la historia en sí, sino de su adaptación al castellano. Al principio de la peli Steve Rogers muestra una libreta con una lista de temas con los que tiene que ponerse al día tras sus décadas de congelación, temas que varían según los países con respecto a la versión original. Más arriba comparábamos las versiones original y española... ¿Chupa Chups? ¿Camilo José Cela? Por lo que sabemos, tras esta idea está la mano oscura de Disney y sus ideas delirantes. Sobra, porque el humor ya está presente en la peli (y muy bien hilado, por cierto), sin que sea necesario acudir a esta chorrada. ¿Qué será lo siguiente? ¿Ver a Hulk gritar ¡¡¡Soy de Bilbao!!!? ¿Hacer que Iron Man muestre la factura de un taller de carrocería? Miedo nos da para futuras películas...

En definitiva, aberraciones puntuales aparte, un espectacular blockbuster veraniego en plena primavera, puro y buen entretenimiento que os recomendamos sin ningún género de duda.

¡Saludos culinocinéfilos!

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