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domingo, 17 de noviembre de 2013

NUGGETS DE POLLO. OH, YEAH!

Últimamente no se que pasa, pero no paro de encontrarme vídeos sobre las horribles técnicas que usan determinadas empresas alimentarias cuyos productos nos comemos. "Super Size me" o el vídeo de Jamie Olivier sobre el McDonald´s son un ejemplo. Por cierto, no se me ocurre ahora mismo ningún ejemplo sobre el Burguer King... Mmm ¿Por qué será? En fin, yo he de reconocer que me gustan las hamburguesas, y que me gusta el McDonald´s, y también el Burguer King. Por supuesto que hay hamburgueserías mejores, y por supuesto que no es para comerlo con asiduidad, pero cumple su función. Cuando buscas algo rápido y económico antes de, por ejemplo entrar al cine es un valor seguro. Y en determinadas fechas, casi una tradición.

¡Ala, ya lo he dicho! Ahora podéis llenarme el blog de comentarios indicando que su comida está hecha de poco menos que excrementos podridos, que en ella mean las ratas, que una vez el primo segundo de un amigo de tu tía Pepi encontró un diente humano, y lindezas similares, pero qué queréis que os diga. Me fío más de cualquier McDonald´s que de determinados lugares de dudosa higiene que he visto por ahí. Y si no, que le pregunten a Chicote, al chef Ramsey o a cualquier inspector de sanidad, que seguro que tendrían más que una historia que contarnos a todos.

No obstante, y no creo que sea incompatible una cosa con la otra, si me apetece comerme una hamburguesa en casa, me la hago caserita. Con el trozo de carne que yo elijo, que me pica delante de mí mi carnicero, que aderezo a mi gusto, normalmente con especias para evitar el exceso de sal. Lo mismo para las pizzas, focaccias, sandwiches, quiches, croquetas... Porque también es cierto que ahora mismo hay tal oferta de comidas preparadas, enlatadas, congeladas o precocinadas que hoy por hoy una familia podría alimentarse sólo de cosas que vienen envueltas en plástico. Y como me dijo una vez mi amiga Pilar, la del Yocomotuarte: "Mery, no se pueden comer cosas tan muertas". Y tiene razón, porque al final no sabremos lo que comemos, ni sabremos cocinar una triste tortilla, que por cierto, también las encuentras envueltas en plástico.

Dicho ésto, espero que entendáis que a una cocinillas aficionada como yo le llamase la atención la posibilidad de hacerme unos nuggets caseros, que son muy molones para una cena informal. Además, congelan fenomenal, así que si te pones, te da igual hacer veinte que cuarenta y los tienes listos para cualquier ocasión. La primera pregunta que me haréis... ¿Y saben igual que los del McDonald´s? Pues no. Para empezar, y obviando el hecho de que su receta debe estar guardada bajo siete llaves y trescientas patentes, porque la grasa que llevan éstos debe ser la décima parte. Están hechos únicamente de pechugas de pollo limpias, y la grasa queramos o no, afecta al sabor de los alimentos. Además, yo los he hecho al horno, evitándome además la fritura, pero con la misma receta puedes hacerlos fritos en abundante aceite caliente y los tendrás más jugosos. Ahora bien, te puedo decir que están super ricos, bastante logrados, y con éstos, sí que sabes lo que comes. Que a mí, en un 99.9% de las veces, también me importa.

Nada que ver con el respetablemente fritanguero plato que nos sirven por ahí...

INGREDIENTES

- Una pechuga grandota o dos pequeñas (Aprox. 300 gr) Pídele a tu carnicero que te la pase dos veces por la picadora. yo lo hago siempre para las hamburguesas, por ejemplo. Cuanto más picada mejor.
- Dos cucharadas colmadas de queso de untar (Si quieres darle un toque, puedes usarlo a las finas hierbas, aunque se parecerá menos a los originales estarán buenísimos)
- Un huevo
- Miga de pan
- Leche
- Un diente de ajo, sal y pimienta (o las especias que prefieras)
- Otro huevo y pan rallado para rebozar

Con las pechugas picadas en un bol, vamos a hacer una especie de albóndigas. Sólo hay que mezclar todos los ingredientes, excepto los del rebozado, de forma que se integren bien. La leche es para mojar la miga de pan. Tal cual como en las albóndigas. Remojar, escurrir ligeramente e integrar en la masa. Si tienes una buena picadora en casa, puedes darle un par de vueltas más, la idea es que quede todo triturado, como si fuese una especie de paté espeso. Ha de tener la consistencia justa para poder trabajarla sin que se nos pegue todo a las manos.

En cualquier caso ten en cuenta que al llevar queso de untar, un poco pegajosas van a estar, no se trabajan tan fácil como otro tipo de masas. Lo ideal es ir cogiendo porciones con una cuchara y pasarlas directamente al huevo batido, y de ahí, al pan rallado. Haremos una bola, y la aplastaremos un poco, sin trabajarlas mucho. Tal como los nuggets han de quedar irregulares. Lo único a tener en cuenta es que tengan más o menos el mismo tamaño, para que se hagan por igual.






Con el horno precalentado a 200 grados, mete tus nuggets y hornea unos 20 minutos, hasta que empiecen a coger un color dorado. Ten en cuenta que no quedarán tan dorados como los fritos, así que no te pases con el horneado porque si no quedarán demasiado secos.

 

Te saldrá un platazo considerable

Unas cuatro raciones así.


Más o menos tienen esta pinta:

 


O como dijimos antes, si prefieres, los puedes hacer fritos. Así y todo van a a tener mucha menos grasa que los comerciales.

Ah! Para los curiosones, os dejo el experimento de Jamie Oliver con los niños de un cole, enseñándoles como se hacen (según él) los nuggets de pollo del imperio de la burguer. Está en inglés, pero el concepto se entiende muy bien, y la reacción de los niños es cuanto menos, curiosa:



Espero que los disfrutéis.
¡Hasta la próxima co-cine-ritos!

2 comentarios:

  1. Lo mejor es lo monísimo que te ha quedado el plato. Da pena desmontarlo jeje

    ¡Y yo que siempre había pensado que los nuggets de pollo eran trozos de pechuga empanados! Si me hubieras preguntado, te hubiera dicho: se corta la pechuga en trozos pequeños, se pasa por huevo y pan rallado y se fríen en aceite caliente jeje, pero los tuyos pintan mucho mejor, habrá que probarlos.

    Después de ver el vídeo (ciertamente las caras de los niños son para verlas), los que no sé si volveré a comer, son los que hacen por ahí. Hay cosas que es mejor no saberlas, o al menos no verlas. De todas maneras, nunca suelo pedirlos. Soy más de hamburguesa cuando voy al Mc Donalds o sitios así. Que seguro que si las veo hacer me da el mismo asco, claro, de ahí que prefiera no verlo ;)

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    1. jajaja ¿Sabes lo que es lo peor del caso? Que yo sí me los comería si me los ponen delante.

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